Galicia es una tierra con tantos lugares atractivos que visitar que, al planificar sus rutas, muchos viajeros pasan por alto la ciudad más poblada de esta comunidad autónoma: Vigo. Sin embargo, aquellos que se animen a visitar la “capital” de las Rías Baixas se encontrarán con un lugar con más atractivos de los que se imaginan. Descúbrelos con nuestro plan sobre qué ver en Vigo en tres días, aunque puedes adaptarlo a tu gusto.
Qué ver en Vigo: ruta de 3 días
A continuación, te dejo mis consejos para pasar tres días en Vigo repletos de actividades. Por supuesto, la ciudad olívica tiene sobrados atractivos como para pasar más tiempo en ella, pero si organizas bien tu viaje estos tres días serán más que suficientes para sacarle la mayor parte de su jugo.
Qué ver en Vigo en tres días: itinerario para el día 1
Puerto de Vigo
Esta visita de tres días no podía empezar en otro sitio que no fuese el puerto, ya que gracias a él Vigo ha llegado a ser lo que es hoy: uno de los principales motores económicos de Galicia. Y es que no solo tiene la suerte de albergar un puerto deportivo de primer nivel, sino también el puerto pesquero más importante en descargas de pescado para consumo humano de toda Europa. En definitiva, su puerto es el corazón que consigue que Vigo siga latiendo. Por eso, mi primer consejo es que empieces a empaparte del espíritu vigués paseando por este impactante paisaje forjado en metal y salitre que se despliega entre el barrio de Teis y Beiramar.
Las aguas de la hermosa ría ante la que caminas llevan inspirando a afamados artistas desde la época de los trovadores medievales, pero sin duda su visitante más ilustre fue el francés Julio Verne, quien incluso ambientó en ellas parte de la trama de una de sus inmortales novelas: Veinte mil leguas de viaje submarino. En sus páginas, el capitán Nemo y su famoso submarino Nautilus se pasean por las profundidades viguesas en busca de los tesoros de la batalla de Rande.
Por eso, en tu paseo por el puerto encontrarás una estatua dedicada al escritor galo (en concreto, en los jardines de Montero Ríos). Este monumento, en el que el escritor aparece sentado sobre un calamar gigante, es uno de los preferidos de los vigueses, pero en esta zona se ubican otras muchas obras artísticas de interés, como el Nadador, de Francisco Leiro. Además, te recomiendo que en tu recorrido portuario reserves un hueco para acercarte al muelle de transatlánticos (dónde se ubica la Estación Marítima), ya que desde su extremo podrás gozar de una bonita perspectiva panorámica de todo el puerto.
Paseo de Alfonso
Cuando te canses de caminar entre barcos, puedes acercarte hasta el Paseo de Alfonso. Qué mejor plan que tomarte un descanso con vistas a la ría en este céntrico mirador. Piensa que aún te queda mucho por ver en Vigo en 3 días y hay que guardar fuerzas. En este punto encontrarás también el olivo más antiguo de la ciudad, con más de 150 años. Este árbol aparentemente humilde está íntimamente ligado a la historia de la ciudad viguesa, conocida con el sobrenombre de ciudad olívica, puesto que en la Edad Media estaba completamente rodeada por campos de olivos. En concreto, este ejemplar procede de un esqueje de un olivo plantado por la Orden del Temple entre los siglos XII y XIII y que, desgraciadamente, fue talado en el siglo XIX.
Mercado da Pedra
Ahora que ya has abierto el apetito con una agradable caminata, te aconsejo que te dirijas a la Praza da Pescadería, conocida popularmente como Mercado da Pedra, para degustar el plato más genuino de la ciudad: las ostras. La tradición manda comprarlas in situ en alguno de los puestos típicos (se venden por docenas) y degustarlas al natural en las mesas de cualquiera de los establecimientos de la plaza. Eso sí, regadas con un vino de la DO Rías Baixas.
Esta costumbre tan viguesa hunde sus raíces en la Posguerra, cuando varias mujeres llegadas de la vecina Arcade se decidieron a enfrentar la pobreza de la época recogiendo con sus propias manos las ostras de la ría para venderlas. Las enfermedades y las jubilaciones han hecho que tan solo siga en activo una superviviente de esas auténticas heroínas, pero el resto de puestos están regentados en su mayoría por hijos o sobrinos de estas pioneras.
El casco antiguo de Vigo
Ahora que tienes el estómago lleno, estás listo para conocer otra de las zonas emblemáticas de la ciudad: su casco antiguo. Tras décadas de auténtico abandono, este barrio está recuperando poco a poco su antiguo esplendor, gracias a un lento proceso de rehabilitación y a la apertura de nuevos negocios modernos y pujantes. Puedes callejear por sus vías empedradas sin rumbo fijo para dejarte empapar por su ambiente, pero yo me aseguraría de pasar por algunos rincones.
Uno de ellos sería la siempre animada Praza da Constitución, en la que encontrarás concurridas terrazas, el edificio del antiguo ayuntamiento (ahora Casa Galega da Cultura) y la primera farola de luz eléctrica de la ciudad. En la plaza contigua se ubica la Concatedral o Colegiata de Santa María la Real, un austero templo neoclásico en cuyo interior se custodia la famosa imagen del Cristo de la Victoria, que todos los primeros domingos de agosto se exhibe por las calles viguesas en una multitudinaria procesión. Otra de las calles con más magia es la Rúa dos Cesteiros, en la que perviven varios negocios tradicionales de cestería y se ubica uno de los edificios medievales más hermosos de la ciudad: la Casa da Ceta.
Dinoseto y El Sireno
La Porta do Sol establece la “frontera” entre el barrio histórico y el ensanche. Quizás por eso acumula dos de los símbolos de la ciudad: Dinoseto y El Sireno. No hay ningún de qué ver en Vigo que no los incluya. El primero de ellos es exactamente lo que su nombre hace sospechar. Un arbusto en forma de dinosaurio, pero con una curiosa historia detrás. El plan original era ubicarlo en un parque infantil a las afueras, pero acabó en el centro de la ciudad por error.
Mientras esperaba a ser trasladado a la ubicación que le correspondía, Dinoseto se hizo viral en redes sociales y, de meme en meme, fue conquistando el cariño de los vigueses, que lo indultaron por aclamación popular. Su fama es tal que no hay famoso que abandone la ciudad sin un selfie en su compañía. Personajes tan variados como Pedro Sánchez, Luis Fonsi o James Rodhes tienen el suyo, así que ni se te ocurra salir de Vigo sin él.
En cuanto al Sireno, la famosa estatua de Francisco Leiro no tiene término medio: es querida y odiada a partes iguales por los vigueses. Lo mejor es que la veas con tus propios ojos para decidir en qué bando te incluyes.
Zona comercial de Vigo
La principal vía comercial de Vigo, Príncipe, se extiende desde la Porta do Sol hasta la farola de Urzaiz. Este monumento centenario, obra de Jenaro de la Fuente, es el principal punto de encuentro de la ciudad. Tanto Príncipe como las calles de su entorno tienen comercios más que suficientes para mantenerte entretenido durante un buen rato. Por ejemplo, si te gustan los planes culturales puedes dirigirte al Museo de Arte Contemporáneo (MARCO), ubicado en una antigua cárcel. Te aconsejo que, antes de entrar, consultes en su web qué exposiciones temporales tiene en agenda.
Pero el arte vigués no está solo en las paredes de sus museos, sino también en las medianeras de muchos edificios vigueses. El festival Vigo ciudad de color, que pretende embellecer la ciudad sacando el arte a las calles, se celebra todos los años desde 2015. Gracias a él, cada año varios artistas pintan nuevos murales en la ciudad, que cuenta ya con un amplísimo catálogo de todos los estilos artísticos. En su web puedes encontrar un mapa con la ubicación de varios de ellos, aunque no está totalmente actualizado con las últimas novedades.
Monte do Castro
Si aún te quedan fuerzas tras este intenso paseo, el Monte do Castro sería una opción excelente para terminar tu primer día en Vigo. La especial orografía de la ciudad, llena de cuestas, hace posible que cuente con una montaña en pleno centro que se eleva 150 metros sobre el nivel del mar. Su ascenso es un tanto pronunciado en algunos momentos, pero te garantizo que las excelentes vistas que encontrarás en la atalaya que hay en su cumbre harán que el esfuerzo merezca la pena. Si lo prefieres, puedes subir en transporte urbano o incluso en coche, ya que hay plazas de aparcamiento a escasos metros del recinto. El premio a tu sudor será una espectacular puesta de sol, con vistas a la ciudad y a la ría.
Qué ver en Vigo en tres días: itinerario para el día 2
Barrio de Bouzas
Para empezar tu segundo día en Vigo, te animo a trasladarte a uno de los barrios con más encanto de la ciudad, Bouzas. Paseando por sus calles tendrás la impresión de que el tiempo se ha detenido e incluso creerás que has cambiado la ruidosa vida urbana por el relajado ritmo de un pequeño pueblo marinero. No en vano, Bouzas fue un ayuntamiento independiente hasta 1904 y, a día de hoy, sus vecinos siguen diciendo “vamos a Vigo” cuando se desplazan al centro de la ciudad.
A este peculiar enclave le sobran encantos para mantenerte ocupado durante una mañana completa. Para empezar, puedes callejear por su casco antiguo y acercarte hasta su mercado tradicional (los domingos se celebra casi al lado un animado mercadillo) y su iglesia parroquial, en cuyo atrio se levanta un bello crucero que marca el punto en el que nació la villa. Además, no deberías perderte el edificio de la antigua conservera La Artística-Alfageme. Esta soberbia estructura hará que te remontes hasta principios del S.XX, cuando este tipo de industrias movían la ciudad.
Bouzas cuenta, asimismo, con un paseo marítimo de case 3 km con vistas a la ría y con su propio puerto pesquero. Aquí encontrarás el primer pantalán de España, construido para albergar en exclusiva embarcaciones tradicionales. En este auténtico museo al aire libre, gestionado por una asociación de marineros, se encuentran amarrados varios ejemplos de embarcaciones tradicionales típicamente gallegas, como dornas, gamelas o bucetas. Para terminar la mañana, lo ideal es que elijas entre alguno de los numerosos locales de Bouzas para degustar un buen menú. ¿Quizás una buena mariscada con vistas al mar? No olvides que estás en las Rías Baixas. No puede haber una buena guía de qué ver en Vigo en 3 días si esta no te recomienda comer marisco.
Playas y museos de los barrios de Alcabre y Navia
Otro de los principales atractivos que ver en Vigo en 3 días son sus playas. Buena parte de la costa de la ciudad está ocupada por arenales y muchos de ellos se encuentran precisamente en los barrios situados a continuación de Bouzas en dirección al ayuntamiento de Nigrán, principalmente en dos de ellos: Alcabre y Navia.
Las playas viguesas se ajustan a todos los gustos, así que seguro que hay una que te va como anillo al dedo. Por ejemplo:
- Si te gusta compartir la arena con poca gente, encontrarás playas diminutas (como A Mourisca).
- Si prefieres arenales más amplios, tu elección debería ser O Vao (la preferida por los más jóvenes y la más fotografiada en Instagram).
- Para tomar el sol con poca ropa, la opción son los lugares frecuentados por los nudistas (como O Baluarte y Fortiñón).
- Si lo tuyo es tomarte una caña para sofocar el calor, deberías dirigirte a alguna playa con varios chiringuitos (como la de Os Olmos).
- Si eres de los que viajan con perros, puedes acercarte a cualquiera de las dos playa caninas de la ciudad (A Foz y A Calzoa).
- Y, si quieres resguardarte del viento, puedes cruzar a pie el puente que separa la isla de Toralla del resto de la ciudad y llegar así hasta sus dos playas, desde las que además tendrás una perspectiva distinta de la ciudad.
Pero, sin duda, la playa más famosa de Vigo es Samil. En este largo arenal no solo encontrarás un paseo con infinidad de locales, parques, merenderos, pistas deportivas y piscinas infantiles, sino que también podrás disfrutar de otra de las puestas de sol más emblemáticas de la ciudad. Pocos recuerdos son comparables a ver cómo se pone el sol tras Toralla y las Cíes.
Alternativas culturales
En el caso de que seas de los que no soportan pasar horas tumbado al sol, estás de enhorabuena, porque esta zona de la ciudad también cuenta con varias alternativas culturales, como el Museo do Mar de Galicia, el Museo Verbum-Casa das Palabras o el yacimiento de la Finca Mirambell, única villa romana de Galicia excavada en su totalidad y que puede ser visitada. Cualquiera de las tres opciones es entretenida, pero si tuviese que elegir yo me quedaría con el Museo do Mar.
Solo el edificio, una antigua fábrica de conservas remodelada por el arquitecto gallego César Portela y por el ganador del Premio Pritzker Aldo Rossi, merece la visita. Pero además cuenta con:
- Atractivas exposiciones temporales.
- Un faro en desuso pero con hermosas vistas a la ría.
- Los restos de un castro del siglo VII antes de Cristo conservados al aire libre.
- Un pequeño acuario que recrea el ecosistema de la ría.
- Una colección permanente que combina utensilios relacionados con la pesca y la industria conservera, restos de naufragios, juegos relacionados con el mar, etc.
Qué ver en Vigo en tres días: itinerario para el día 3
Vigo tiene mucho más que ofrecer como para llenar un tercer día: el parque de Castrelos, el pazo Quiñones de León, el Monte da Guía, el zoo, etc. Pero solo queda un día y hay que decantarse por algo. Yo lo tengo claro. Si solo pudiese quedarme un día más en Vigo visitaría las islas Cíes, que forman parte del Parque Nacional das Illas Atlánticas.
Islas Cíes
Los romanos conocían este archipiélago situado a la entrada de la ría como las islas de los dioses y, actualmente, siguen siendo merecedoras de este calificativo. Desgraciadamente, a no ser que tengas tu propio yate, solo podrás acceder a dos de las tres islas y tendrás que hacerlo a través de una de las navieras autorizadas. Además, debido a la saturación de visitantes que han sufrido en los últimos años, desde 2018 es necesario, además del billete del barco, un permiso de la Xunta de Galicia para acceder a ellas.
En esta web podrás informarte sobre este documento y tramitarlo. Tranquilo, conseguirlo resulta muy fácil. En temporada alta, entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre y en Semana Santa, hay barcos cada poco tiempo, pero el resto del año la frecuencia es más reducida (o incluso no hay barcos), así que es mejor que consultes los horarios antes de decidir cuándo ir.
Los barcos a Cíes salen desde la estación marítima del puerto vigués. Elijas la naviera que elijas, arribarás en algo más de media hora al embarcadero de la isla de Monteagudo, o Norte. Desde este se puede llegar caminando a la isla del Faro, o del Medio. Mi propuesta es que dediques la mañana a alguna ruta de senderismo (ninguna de ellas tiene un nivel de dificultad excesivo) y, ya por la tarde, descanses en alguna de sus paradisiacas playas. Durante tu estancia no olvides que estás en un espacio protegido, que exige respeto.
Ruta de senderismo en las islas Cíes
Continuamos nuestra guía de qué ver en Vigo en 3 días con una ruta de senderismo. En las Cíes hay cuatro senderos señalizados, dos en la del norte y dos en la del medio. Lo más recomendable es que, nada más bajar del barco, te acerques a la oficina de información. Está situada a muy poca distancia, ya que allí te entregarán un mapa con indicaciones para todos estos caminos. Si quieres estar listo desde antes de embarcar, puedes descargártelo aquí.
El sendero más famoso y representativo es el del Faro de Cíes. Lleva desde el punto de información hasta la punta norte de la isla del medio, así que yo elegiría este. Tiene una longitud de 3,5 kilómetros y se puede recorrer en unas tres horas, ida y vuelta, a un ritmo pausado. Al final de la ruta te espera el premio: una panorámica espectacular. Otro consejo: de camino al faro hay un desvío a la Pedra da Campá. Tómate un momento para ver esta impresionante formación rocosa erosionada por el viento.
Rodas, la playa más bonita del mundo
Si aún te has quedado con más ganas de caminar, puedes lanzarte con alguna de las otras tres rutas. Pero a mí me convence más completar tu plan de 3 días en Vigo pasando una tarde relajada en alguno de los impresionantes arenales de las Cíes. Sus atractivas aguas turquesas, con un aspecto más propio del Caribe que de Europa, te atraerán como un imán. Eso sí, ten en cuenta que la temperatura no se parece ni de lejos. Necesitarás algo de valor para sumergirte en las gélidas profundidades de Cíes.
El más famoso de sus arenales es Rodas. Sobre todo desde que en 2007 el periódico The Guardian la calificó como la playa más bonita del mundo. Se puede discutir si los británicos exageraron o no, pero desde luego atractivos le sobran. Arena fina y blanca, aguas turquesas, un frondoso bosque verde y, si el día acompaña, un cielo de un azul intenso. Si aún no estás convencido, ten en cuenta estas dos particularidades. La playa de Rodas une dos islas y, además, tiene el océano Atlántico a un lado y un lago al otro. Suficiente, ¿no?
Tantos encantos hacen que Rodas esté a veces un tanto masificada. Así que si quieres tranquilidad deberás dirigirte a alguna de las otras nueve playas del archipiélago. Por ejemplo, en la isla Norte, muy cerca de Rodas, está la playa de Figueiras. También llamada de los alemanes, es más íntima y elegida principalmente por nudistas. También cercana a Rodas, aunque en la isla del Medio, está la playa de Nosa Señora. Recogida y de aguas tranquilas, tiene unas hermosas vistas a la isla Sur. Cualquiera de ellas es una magnífica elección para terminar tu visita de 3 días a Vigo.