Mallorca es la mayor de las islas del archipiélago balear, al que también pertenecen Menorca, Ibiza y Formentera. Sin lugar a dudas, es una de las islas más bellas y tranquilas del Mediterráneo. Por este motivo, ha enamorado a personajes internacionalmente conocidos – como Michael Douglas o Boris Becker – que la han convertido en su segunda residencia. Si estás planeando visitarla no te pierdas nuestra guía sobre qué ver en Mallorca, ordenada en rutas para 2, 3 y 5 días.
En definitiva, Mallorca es un reclamo turístico para muchos viajeros de todo el mundo y parece ser que todo visitante encuentra en alguno de sus parajes un pequeño trocito del paraíso.
Qué ver en Mallorca en 2 días
Este artículo pretende presentar los lugares que no puedes perderte si visitas la isla y aseguramos de antemano que ninguno de ellos te dejará indiferente. 2 días para ver Mallorca no son suficientes. Pero si no dispones de más, con estos consejos que te damos a continuación podrás optimizar la experiencia al máximo.
Día 1 en Mallorca
Palma es la capital de Mallorca y cuenta con un casco antiguo emblemático. Por ello, resulta casi imperdonable visitar la isla y no callejear por su centro histórico. Algunos de los must-see de la ciudad son:
La Catedral de Santa María, el Palacio Real de la Almudaina y los Jardines de la Reina
Una de las paradas obligatorias para todo visitante de la isla es la Catedral de Santa María, conocida por los locales como La Seu. Este imponente edificio, rodeado por altas murallas que lo fortifican, cuenta con el rosetón gótico más grande del mundo, que dos veces al año (el 11 de noviembre y el 2 de febrero) se refleja en la pared situada enfrente formando un doble rosetón.
Además de las capillas que alberga en su interior – como la del Santísimo, que fue decorada por el prestigioso artista Barceló – se pueden visitar las terrazas del edificio. El tour guiado para grupos reducidos se realiza cada hora y es muy recomendable porque permite no sólo conocer los detalles más curiosos acerca de la historia de la Catedral, sino también ver la ciudad desde una perspectiva diferente.
Además del paseo por las murallas que protegen el centro histórico de Palma, no debes perder la oportunidad de visitar los palacios y jardines más cercanos. Entre ellos destacan, por su gran belleza y buen estado de conservación, el Palacio Real de la Almudaina y los Jardines de la Reina. Una vez allí puedes pararte a descansar y reponer fuerzas tomando un café y saboreando una deliciosa tarta de zanahoria en la acogedora terraza del Capuccino, situado en el Palau March.
El Borne, la Plaza del Mercat y el Gran Hotel
El Borne es una de las zonas comerciales más exclusivas de la isla. De hecho, la Reina emérita Sofía o Carlos Moyá han sido sorprendidos comprando en alguna de sus tiendas. En este amplio paseo podrás encontrar numerosas tiendas que comercializan productos de alta gama como Louis Vuitton o Rolex.
Desde allí, y caminando tan sólo unos cinco minutos, llegas a la Plaza del Mercat. En ella se encuentra ubicado el Gran Hotel, considerado el más lujoso de los que se encontraban en territorio español hasta la apertura del Ritz de Madrid. Actualmente, el edificio es un centro cultural en el que se realizan exposiciones de arte temporales y conferencias.
En esta zona de Palma predominan los edificios con carácter modernista y para observarlos a pie de calle no hay nada mejor que tomar asiento en la hamburguesería Alaska, emblemático lugar abierto desde 1936, responsable de que muchos de los habitantes de esta ciudad probaran por primera vez una hamburguesa.
Plaza Mayor, las Ramblas y Plaza España
La visita por el centro puede culminar visitando la Plaza Mayor y las Ramblas, que todas las mañanas se encuentran vestidas con las flores que en ella se comercializan. Desde allí y paseando por zonas completamente peatonales, puedes llegar a Plaza España, observar la estatua del conquistador Jaume I, y disfrutar de una caminata a la sombra de los árboles en el Parc de s’Estació.
Día 2 en Mallorca
Aunque queda mucho que ver en Mallorca. Sin llegar a salir de la ciudad, te espera un segundo día realmente apasionante. Castillos, museos, mercados…
Castillo de Bellver
El término Bellver proviene del catalán antiguo y significa bella vista. Teniendo en cuenta que está ubicado en un pequeño monte y que su localización ofrece vistas panorámicas tanto de la ciudad y de su costa, como de la Sierra de Tramuntana, puede afirmarse que el nombre le resulta idóneo.
El castillo de Bellver se empezó a construir en el año 1300. Por ello, es la fortificación de planta circular más antigua de Europa. Durante mucho tiempo, el uso principal de la construcción fue el de residencia Real, pero cuando estalló la Guerra Civil se empleó como prisión para los republicanos, que se encargaron de construir la carretera de acceso principal.
Actualmente, Bellver es uno de los lugares favoritos de las familias palmesanas, puesto que el espeso bosque que lo rodea, recorrido por numerosos senderos que permiten el acceso desde diversos puntos de la ciudad, les pone en contacto con la naturaleza y les permite practicar deporte al aire libre, divertirse en los parques infantiles con los que cuenta, o dejarse impregnar por la historia de la ciudad visitando su Museo.
El Museo del Baluard y Santa Catalina
El Museo de arte moderno y contemporáneo Es Baluard se encuentra en el centro de Palma. A él puede llegarse a través del Paseo Mallorca, en el que hay numerosos comercios y hoteles. Este Museo cuenta con unas amplias terrazas decoradas por grandes esculturas con las que fotografiarse y con unas vistas inmejorables del puerto y de La Seu.
Cerca del Baluard se encuentra el antiguo barrio de pescadores que recibe el nombre de Santa Catalina. En los últimos años, Santa Catalina se ha convertido en una de las zonas más de moda de la ciudad. Su fama se debe principalmente al encanto de sus calles y de sus numerosos bares de copas.
Allí se puede visitar el Mercado de Santa Catalina, que es el más antiguo de Palma. Cuenta con multitud de puestos en los que pueden adquirir o degustar productos frescos y locales que serán cocinados en el mismo momento de su compra.
Esta zona invita al paseo tranquilo y al disfrute de los bonitos bares que en ella se encuentran. Uno de los más conocidos es el Bar Cuba, en cuyo rooftop se celebran semanalmente conciertos de jazz.
Qué ver en Mallorca en 3 días
Si dispones de un día más de viaje y puedes desplazarte del centro de Palma, no deberías irte sin visitar también la Valldemossa y su Cartuja, la ermita de la Santísima Trinidad y el mirador de Sa Foradada.
Día 3 en Mallorca
Valldemossa es una pequeña localidad situada en la Sierra de Tramuntana. Sus calles empedradas y decoradas con flores merecen ser visitadas al menos una vez en la vida; así como también probar las cocas de patata – que en invierno se acompañan de un espeso chocolate caliente – cuya receta original sólo conocen unas pocas familias locales. El mayor reclamo turístico de la zona es su Cartuja, que se popularizó por ser residencia de célebres personajes como Chopin o Unamuno.
Aprovechando el desplazamiento hasta el oeste de Mallorca, recomendamos visitar la ermita de la Santísima Trinidad y el Mirador de Sa Forada. Ambos lugares se encuentran a medio camino entre Valldemossa y Deià. Desde ellos se puede contemplar una de las puestas de Sol más bonitas de la isla.
Qué ver en Mallorca en 5 días
Seguimos aumentando las rutas para aquellos afortunados que buscan qué ver en Mallorca en 5 días. Ya fuera de la ciudad, es hora de adentrarse en increíbles playas, calas y faros.
Día 4 en Mallorca
Probablemente no quieras abandonar la isla sin conocer algunas de sus playas más famosas. Por ello, te recomendamos alquilar un coche y dirigirse hacia el sur de la isla, donde podrás disfrutar de:
Es Trenc
Es Trenc es una de las más extensas playas vírgenes de la isla. Se encuentra situada entre la Colonia de Sant Jordi y la Rápita y ofrece a sus visitantes no sólo aguas cristalinas durante todo el año, sino también un ambiente tranquilo en un paraje paradisíaco.
Cala del Moro
Esta pequeña cala se ha vuelto internacionalmente conocida debido a las imágenes que de ella se difundieron en el anuncio de una conocida marca de cervezas que centró sus campañas publicitarias en mostrar la riqueza y el estilo de vida propios de los residentes de las Baleares.
Todos aquellos que deseen visitarla en temporada alta deberán madrugar para disponer de un espacio en el que colocar sus toallas. Además, se recomienda encarecidamente disponer de un calzado cómodo y apropiado para emprender una buena caminata. El motivo es que los coches deben dejarse en el parking gratuito situado en la entrada del pueblo. La parte positiva es que, si decides hacerlo, no te decepcionará.
Día 5 en Mallorca, Pollensa y faro de Formentor
Otra de las zonas más bonitas de Mallorca se encuentra al norte de la isla, concretamente en el municipio de Pollensa. El casco histórico de la ciudad es precioso. Cuenta con una plaza Mayor idónea para sentarse a la sombra de sus árboles y relajarse tomando un café. Además, cuenta con numerosos atractivos turísticos como el Calvario, escalinata compuesta de 365 escalones que conducen a un mirador desde el que podrás disfrutar de unas inmejorables vistas.
Después de disfrutar de la ciudad, puedes dirigirte hacia el puerto. Este te permitirá dar una larga caminata a las orillas del mar y en el que seguro encontrarás una acogedora terraza para disfrutar de la gastronomía local.
También recomendamos visitar al Port de Sóller, un enclave idílico rodeado por las montañas de la Serra de Tramuntana. Si dispones del tiempo necesario, una opción fantástica es alquilar un barco sin licencia, para poder disfrutar de una jornada de navegación (un día o medio día) a lo largo de la Costa Norte de Mallorca. Además, puedes elegir tu ruta: hacia el norte hasta Cala Tuent o hacia el sur hacia Sa Foradada.
El broche de oro lo representa el Faro de Formentor, visita imperdible dentro de cualquier visita a las Islas Baleares. Aunque la carretera de acceso sólo es apta para aquellos que toleran bien las curvas, pueden estar seguros de que su visita no les dejará indiferentes.